domingo, 8 de enero de 2012

La crisis acaba con Áncora y Delfín, histórica librería de Barcelona


La crisis acaba con Áncora y Delfín, histórica librería de Barcelona
Cierra la General de Arte, abierta desde 1890, y Jaimes abandonará el paseo de Gràcia
SARA CANALS
Barcelona


No es la primera vez que una librería histórica cierra en Barcelona, pero ver cómo algunos de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad van desapareciendo poco a poco desanima al sector. Áncora y Delfín, una de las grandes desde 1956, llevaba cuatro años luchando contra el impacto de la crisis y, finalmente, se ha visto obligada a poner punto y final a más de 55 años de historia. "Hacía tiempo que el negocio no funcionaba y al final nos hemos resignado a aceptar que las estructuras pequeñas ya no se aguantan, y mucho menos en el caso de las librerías", explica Eulàlia Teixidor, propietaria de Áncoray Delfín desde 1997.

Teixidor es consciente de que, a parte de las dificultades económicas del momento, la librería también se ha visto afectada por una transformación del sector y del modelo de negocio y por un cambio a nivel de consumo cultural. "Cada vez más los grandes negocios se comen a los pequeños", añade Teixidor, "pero tampoco estamos ante una crisis de consumo cultural. Sencillamente, los canales son otros y este cambio ha repercutido directamente en nuestro sector".
La librería, que ha aprovechado estas últimas fiestas navideñas para hacer sus últimas ventas, se despedirá de sus clientes durante este mes de enero. A diferencia de muchas otras librerías, Áncora y Delfín rechazó la opción de innovar y modernizar el negocio ante las repercusiones de esta múltiple crisis. "Esta es una librería con mucha personalidad y hemos preferido cerrar antes de remodelar el local y convertir Áncora y Delfín en otra cosa totalmente distinta", explica la propietaria.

Otra opción para hacer frente a la crisis consiste en prescindir de los servicios que suponen gastos adicionales. Muchos libreros, por ejemplo, optan por renunciar a la inscripción en el Gremi de Llibreters de Catalunya. "Algunas librerías deciden desapuntarse del gremio sólo para evitar gastos", explica el secretario técnico del Gremi de Llibreters, Eduard Garrell. Aun así, este detalla que en el pasado año la asociación ha registrado más altas que bajas: 13 librerías se han inscrito en el gremio y otras cuatro están gestando su apertura. A estas cifras se les suman 4 bajas y el cierre de 6 librerías alistadas en el gremio. A pesar de la crisis, el Gremi de Llibreters se muestra optimista y Eduard Garrell asegura que "no hay alarma en el sector y el gremio sigue ayudando a las librerías a adaptarse a los cambios".
Librería General de Arte Martínez Pérez
La Librería General de Arte Martínez Pérez es otra de las veteranas que la crisis se ha llevado por delante. El propietario del establecimiento, Manuel Martínez, asegura que no le queda más remedio que cerrar. "Lo he intentado todo", explica, "pero me es imposible asumir el alquiler". Fundada en 1890 por su bisabuelo, Tomás Martínez, esta librería - situada en la calle Valencia, entre Balmes y Rambla Catalunya-,había sido un referente para amantes y expertos en arte durante 121 años y había abierto sus puertas a artistas de renombre como Picasso, Gaudí, Puig y Cadafalch y, más recientemente, Joan Miró, Salvador Dalí o Antoni Tàpies. Para salvar el negocio, Martínez aprovechó los 500 metros cuadrados del local para habilitar la Sala d´Arts, un espacio destinado ahora a conciertos, charlas, presentaciones de libros, exposiciones y hasta desfiles de moda. La librería pasó a hacer la función de centro cultural pero, aun así, seis años después de fundar la Sala d´Arts, los beneficios seguían siendo insuficientes. Según Martínez, la crisis también viene dada por el cambio de perfil de la ciudad. "La multiculturalidad está absorbiendo los símbolos identitarios de Barcelona, que ya no tiene nada que ver con lo que era hace 15 años", añade Manuel, preguntándose qué tipo de negocio sustituirá su local.
A pocas calles de la Librería General de Arte Martínez Pérez, en el paseo de Gràcia 64, la librería Jaimes, especializada en literatura francesa desde 1941, también ha sido víctima de la situación económica, a pesar de que sus ventas han aumentado un 10% este último año. En su caso no cierra, pero no puede asumir el elevado alquiler en la calle con más renombre de la ciudad. "En el 2014 se nos acaba el contrato y no renovaremos", explica el propietario, Josep Mirón, "así que tenemos previsto establecer una segunda librería en otro lugar de la ciudad tan pronto como sea posible". De este modo, Jaimes podrá aprovechar sus últimos años en el paseo de Gràcia y, a la vez, afincar la nueva librería en algún otro punto de Barcelona.
[Publicado en La Vanguardia.com Libros el 06.01.2011]

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